Probablemente sea uno de los principales culpables de muchos fracasos en la dieta y de que una parte importante de la población tenga más peso del recomendable. Suele ser la gran tentación, pero existen alternativas saludables y apetecibles para el postre: fruta, lácteos e incluso, con ciertas restricciones, dulces. El problema es que toda comida que se precie tiene que terminar con un postre opulento. ¿O quizá no?
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